Una de las más importantes actividades de los judíos catalanes fue su dedicación a las ciencias, entre ellas la astronomía y la cartografía. En 1373, dos judíos de Mallorca, Cresques Abraham y su hijo Jafudá, recibieron el encargo del rey de confeccionar un "mapamundi de todo el mundo conocido". El resultado fue este bello ejemplar de siete tablas, que fue entregado por el monarca catalán como regalo de bodas al delfín de Francia.