Planta superior de la torre de defensa, donde se resguardaban los defensores del monasterio. Solía presentar una altura superior al resto de plantas, ya que era donde vivían durante el asedio. A través de las aspilleras se podía disparar al enemigo sin ser visto ni apenas exponerse. Es preciso tener en cuenta que el edificio barroco del monasterio no existía en tiempos antiguos, y era necesario defenderse de los ataques del lado de la montaña del monte Castellar.