En Sabadell, durante los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, en los taludes arcillosos de la orilla derecha del río Ripoll, se excavaron cuevas artificiales que constituían el hogar de muchas familias inmigradas. Y es que, fruto de la falta de previsión y de la desidia política del régimen franquista, había una carencia absoluta de oferta de viviendas asequibles.
Las cuevas se situaron en cuatro zonas diferentes de la ciudad. El sector que contaba con un número mayor era el de Can Quadres y Sant Oleguer, con 112 cuevas habitadas en el año 1946. Se distribuían en diferentes filas y se comunicaban por senderos y escalones fabricados por los mismos habitantes. En el año 1955, el número de cuevas habitadas se había reducido a 82, y aún vivían allí unas 500 personas. La última cueva habitada fue clausurada por el Ayuntamiento en 1958.
Este espacio forma parte de la Red de Espacios de Memoria del Memorial Democràtic de la Generalitat de Cataluña.