El campanario de Sant Fèlix se construyó en 1738 al lado de la iglesia que se había construido en el siglo XV. Es de estilo barroco, de planta octogonal y con cuatro cuerpos: los tres primeros de piedra y el último de baldosa de terracota. En el interior conserva vestigios de la antigua capilla del Roser. Se puede visitar la habitación, donde hay un reloj modernista; el conjuratorio, donde se muestran algunas piezas halladas en las excavaciones hechas en las criptas, y el piso de las campanas. Sus 37 metros de altura lo convierten en un excelente mirador de la ciudad.