Durante la segunda mitad del siglo XIX, en Girona se llevaron a cabo algunas de las primeras aplicaciones de los nuevos descubrimientos de la era industrial. El ingeniero Narcís Xifrà completó con éxito las primeras pruebas de alumbrado eléctrico público, de telegrafía y de telefonía, entre otras, realizadas en Cataluña. Por su parte, la empresa La Gerundense puso en marcha, en el año 1843, la primera fábrica de papel continuo.