Gerunda, fundada a principios del siglo I a. C., está ubicada en un punto estratégico de control del eje terrestre de comunicaciones norte-sur. Los fundadores romanos construyeron poderosas murallas y sumaron su perímetro al terreno natural, que dio lugar a una ciudad de planta casi triangular. Gerunda llegó a tener entre mil y dos mil habitantes, que vivían en un trazado urbano regular de calles paralelas y perpendiculares. El núcleo urbano representa el centro administrativo, económico, religioso y social de un territorio amplio y complejo. El suburbium de Gerunda era la corona circular, de unos cinco quilómetros de radio, donde se disponían grandes villas con una marcada personalidad, que a menudo tenían más de gran casa señorial urbana que de establecimiento agrícola.