En el siglo XVIII, se extienden por toda Europa unos colorantes fijos que servían para teñir las telas, las de algodón. La ropa que se empezó a difundir era de colores llamativos y vistosos y también lucía diferentes tipologías de estampados: las indianas. Aquí se presenta un molde de madera para estampación de indianas con decoración floral y geométrica.