La dictadura del general Franco (1939-1975) se caracteriza por la represión de los sectores democráticos y de izquierdas. Los primeros decenios, la política de autarquía y las consecuencias de la guerra dejan al país al borde del colapso económico, el racionamiento y la miseria. La apertura económica, iniciada en 1959, genera importantes cambios económicos y sociales: entrada de capitales extranjeros y diversificación industrial, aparición del turismo, alud migratorio y generalización de la sociedad de consumo.
La oposición al régimen, iniciada el mismo 1939, se reorganiza y consigue una presencia popular importante. Una nueva generación, que no vivió la guerra, se suma al movimiento democrático. Después de la muerte del dictador, una nueva Constitución democrática, de 1978, y un nuevo Estatuto de autonomía, de 1979, señalan el inicio de una etapa de libertades.