Durante el siglo XIX, y especialmente en el período del reinado de Isabel II de España, la burguesía fue imponiendo un nuevo concepto de estilo de vida.
La sociedad burguesa se abrió a Europa y a todos los adelantos y modernidades. Apareció la idea de privacidad, intimidad doméstica, confort, ocio. Por ello en las casas burguesas se crearon nuevas estancias, como la sala de fumar y la biblioteca, que se vistieron, por un lado, con mobiliario confortable fabricado con maderas tropicales y con motivos decorativos y marquetería a la moda parisina y, por otro, con objetos lujosos, como las porcelanas inglesas.