El retrato:
Una de las temáticas más recurrentes de los academicistas era el retrato, el éxito de este género pictórico va ligado a la irrupción de una burguesía industrial poderosa que encargaba retratos para demostrar su estatus.
Josep Domènech (Sabadell, 1874-1900) se formó en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona y se especializó en la pintura costumbrista. Desgraciadamente nos ha dejado muy poca obra, ya que murió muy joven. Domènech era un pintor que prometía mucho y, según Antoni Vila Arrufat, «sus dibujos son de una gran contención y hacen pensar en Puvis de Chavannes».