El año 1650, la peste devastó la ciudad de Girona, y el Consejo General de la ciudad promovió la realización de un exvoto a san Sebastián como acción de agradecimiento una vez recuperada la normalidad. Dos años más tarde, se encargó la realización de un retablo al escultor Josep Tramulles, uno de los autores más destacados del siglo XVII. Pero el artista solo acabó esta tabla principal, que representa el martirio del santo. En 1679, el retablo definitivo, que no se ha conservado y en el cual intervino el escultor Antoni Barnoia, fue instalado en la nueva capilla del Hospital de Santa Caterina.