La escena veraniega de la siega del trigo es el pretexto de esta pintura de Joaquim Vayreda, donde las segadoras se fusionan como un motivo más del paisaje olotense, que se convierte en el protagonista indiscutible de la composición. Vayreda pasaba muchas horas observando los entornos naturales de Olot buscando su fuente de inspiración, tomaba notas en directo y terminaba las telas en el taller. De este mismo motivo se conserva otra versión, más acabada, que fue adquirida por el coleccionista Plandiura, hoy en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.