La obra testimonia el éxito que este autor de origen veronés alcanzó con su actividad romana y el prestigio de su arte entre la alta aristocracia coleccionista. Se trata de un cuadro de una ejecución preciosista que, con notas de naturalidad, opta por una composición clasicista en la que escenario, luz, cromatismo y sentimentalidad se fusionan en una delicada armonía. Fue adquirido en Italia con destino al Palacio del Buen Retiro de Madrid.