Viga románica procedente del monasterio benedictino de Sant Miquel de Cruïlles (Baix Empordà).
Fue encontrada durante el proceso de restauración del retablo de Sant Miquel de Cruïlles, que se expone en la sala número 8 del museo. Había sido reaprovechada como travesaño para unir la parte de la predela con las tablas. Pero originariamente la viga formaba parte del baldaquín del altar mayor de la iglesia del monasterio.
La cara central está decorada con una procesión de clérigos, presidida por el obispo, representados de perfil y con la boca medio abierta en posición de cantar.