Las figuras de Cristo, la Virgen, san Juan y los dos ladrones coronaban el dintel de una puerta que comunicaba el claustro de la catedral de Girona con el cementerio de los clérigos. Estas esculturas son un exponente de la transición del románico al gótico. Las figuras son románicas en el tratamiento de los cuerpos, con elementos más góticos en el caso de Cristo, mientras que los vestidos representan un paso hacia el gótico.
Algunos estudiosos han atribuido el conjunto al maestro Bartomeu, formado en el claustro románico de la catedral de Girona y uno de los introductores del gótico en Cataluña.