La crátera se utilizaba para mezclar el vino con agua en el banquete funerario. En el mundo íbero, la vajilla ática era un símbolo de riqueza y denotaba prestigio social. La crátera de campana era una de las piezas más prestigiosas y, probablemente, más costosas. Este ejemplar presenta una decoración con guirnalda de hojas de olivo bajo el borde. La escena conservada muestra una figura femenina, probablemente una ménade, bailando con un thýrsos (vara o bastón forrado con vid o hiedra) en la mano derecha. En el lado izquierdo, destaca un grifo, animal fabuloso medio pájaro, medio león, relacionado con la muerte y la resurrección.