La cerámica a torno ibérica del nordeste peninsular se fabricó desde mediados del siglo VI a. C. Las decoraciones más usuales son las líneas y bandas paralelas, los círculos concéntricos y las cabelleras, a diferencia de las producciones levantinas, en las que priman las decoraciones más elaboradas como figuras animales y humanas. El cálato es la forma más representativa de este tipo de estilo decorativo, aunque también es posible encontrar los mismos motivos decorativos en platos y jarrones.