El corsé se convirtió en un símbolo de la opresión de la mujer durante mucho tiempo, en un modelo de sociedad burguesa rancia y decadente donde las mujeres eran adoctrinadas en el rol de esposa y madre.
«Quiero suponerte unida a un hombre de bien y de conbeniencias. En conociendo su carácter, procurarás conformarte a sus ideas, siempre que sean razonables; de lo contrario le harás conocer su error, pero sin enfado y con toda la dulzura posible».
Este era uno de los consejos que daba un padre de una familia burguesa a su joven hija, al poco de casarse, el año 1820.