El Molí de Espígol de Tornabous era una verdadera ciudad -con murallas, torres y fosos, dotada de un urbanismo interno bien estructurado con edificios singulares y anchas calles-, que jugaba un papel clave en la organización política y económica del territorio. Los materiales de las excavaciones de este yacimiento y de poblados de la zona han permitido interpretar muchos aspectos de las formas de vida de los íberos: herramientas de hierro, molinos, picas de piedra, torteras, pesos de telar, restos de fauna... nos hablan de su economía agrícola y ganadera. La vajilla de importación y las ánforas nos explican sus contactos comerciales con griegos y cartagineses. También hay elementos referentes a prácticas de la sociedad ibérica, como el juego, el vestuario y las creencias.
La integración del territorio dentro de la civilización romana significó la desaparición progresiva de la cultura ibérica. Uno de los yacimientos donde se puede observar el paso de la época ibérica a la romana es en el campo de silos de Missatges de Claravalls. La exposición explica desde los antecedentes de la cultura ibérica hasta la romanización de Urgell.
La época ibérica es el eje vertebrador del discurso que parte de los conocimientos derivados de las excavaciones llevadas a cabo en Molí de Espígol de Tornabous, en el Pla de les Tenalles de la Mora y en el Tossal del Mor de Tàrrega. En cuanto a los antecedentes, destaca la necrópolis de Almenara, con túmulos de la primera Edad del Hierro.