La vida cotidiana de Calella está representada a partir de las colecciones de objetos de ajuar doméstico y de herramientas empleadas para diferentes oficios.
El museo muestra los utensilios necesarios para el trabajo de los carpinteros, boteros, herreros, hojalateros, payeses y maestros de la azuela. El espacio recuerda la importancia de herramientas manuales como las garlopas para alisar madera, los triscadores para acoplar las tapaderas de las barricas, el atador para darles forma, las azuelas para la fabricación de embarcaciones o el gato manual para levantar grandes pesos. Además, destacan una prensa de vino del siglo XIX, una tradicional máquina refinadora de almendras del año 1910 y un molino manual para moler cacao y hacer chocolate. Este último, anterior a 1850 y uno de los pocos que se conservan en la actualidad, nos da una idea de la importancia que tuvo para la ciudad la llegada de productos exóticos con el auge del comercio ultramarino.
El espacio se complementa con colecciones de utensilios de uso doméstico, como piezas de barro, cántaros de aceite, ollas y mallales de cerámica negra. Cabe hacer mención especial a un recipiente para el aceite y el vinagre del siglo XIX, una romana del año 1841, unos pesos metálicos utilizados antes de la implantación del sistema métrico decimal, una chocolatera y una embutidera del siglo XIX.