El museo exhibe una muestra de las típicas piezas catalanas de color azul, principalmente de finales del siglo XVIII y principios del XX. Se pueden admirar algunos utensilios que tenían finalidades decorativas y otros que se utilizaban en la vida cotidiana.
De este modo, en el apartado ornamental, se encuentran baldosas tradicionales del siglo XVIII que muestran los oficios más comunes de la época y baldosas novecentistas del XX. Destaca un plafón del siglo XVII con una representación de santa Madrona ante la imagen del puerto de Barcelona y la montaña de Montjuïc. Procede de la antigua calle de la Pansa de Calella y es uno de los conjuntos cerámicos más antiguos del museo. También son remarcables las tejas vidriadas y las baldosas andaluzas de estilo novecentista historicista halladas en la Torre de los Ingleses, una casa calellense de finales del siglo XIX construida por un representante inglés de maquinaria textil y derrumbada en 1979.
En el ámbito de las cerámicas de uso común que se encontraban en las antiguas casas catalanas, se conservan varias piezas del siglo XVII, por ejemplo, un muestrario de platos de reflejos y otros utensilios de cocina, como una olla pequeña, un botijo y un puchero. Sin embargo, una de las piezas más destacadas es el fragmento de un plato de color verde manganeso.