Antes del auge del turismo, Calella era una ciudad con una importante industria textil, lo cual se reflejó en la construcción de grandes edificios fabriles, como la fábrica de Llobet-Guri. El museo posee una importante muestra de maquinaria textil tanto de uso familiar como industrial, con muestrarios de los géneros que se fabricaban. El fondo del museo incluye máquinas de coser familiares, como una Kaiser de lanzadera de fabricación alemana, del año 1870, o una Singer inglesa de cadeneta de 1878. Entre las máquinas españolas destacan una Veritas y una Santasusana de 1925 o una Gratovil de 1940. Una pequeña máquina Vitos nos recuerda la importancia de aprovechar el material, ya que servía para recoger los puntos que se escapaban de las medias.
La colección se amplía con máquinas industriales para una confección de medias y géneros de punto, algunas de las cuales están montadas con los hilos, las canillas y parte de su producción. Entre los elementos más curiosos destacan una colmena, una de las pioneras del género de punto; una tricotosa rectilínea, una de las máquinas más populares por su ductilidad; una devanadora para preparar el hilo de seda o algodón, fabricada en los talleres Roure de Mataró, y una máquina textil hecha de madera, una de las más antiguas de la comarca.