Este frontal es una excelente representación del arte de 1200, que se caracterizó, en el Occidente cristiano, por la influencia del arte bizantino renovado en el siglo XII a través de la miniatura inglesa y del arte de los cruzados. El frontal está centrado en la figura de María como Sedes Sapientiae o trono de la sabiduría, con el Niño en el regazo y flanqueada por cuatro escenas de la infancia de Jesús. La influencia estilística de Bizancio es perceptible en el modelado escultural de los cuerpos, en el tratamiento de los rostros en tres cuartos y en los vestigios de decoración vegetal dorada de los fondos. También es de origen bizantino la posición de María en la escena de la natividad, donde aparece medio sentada sobre un fajo de paja.