Esta tabla, que representa a san Cándido vestido espléndidamente de caballero, podría haber sido una de las puertas del retablo mayor del monasterio de Sant Cugat del Vallès, del que el Museu Nacional d'Art de Catalunya también preserva el Martirio de san Cucufate. Estas son las únicas obras que se conservan de Ayne Bru, una de las figuras más relevantes del Cinquecento catalán: artista itinerante, de origen y formación centroeuropea con clara influencia de la cultura flamenca, aunque conocedor de la cultura italiana. El ademán cortesano y el aire humanista de este santo se ha relacionado con el estilo del taller veneciano de Giovannin Bellini, germen del que fue la Maniera moderna de Giorgione.