Estas tablas decoraban el monumento funerario de Sancho Sáiz de Carrillo, cuya imagen yaciente, una talla policromada, se conserva en el Cincinnati Art Museum de Ohio. Proceden de la ermita de San Andrés de Mahamud, en Burgos.
Los plañideros, uno de los elementos decorativos de más éxito en las tumbas de época gótica, llevaban un vestido de duelo característico. Su presencia recordaba al séquito funerario que acompañaba al difunto hasta que era enterrado. Estas imágenes de plañideros y plañideras plasman el momento del duelo, el planctus.
Las pinturas de Mahamud, de trazo duro y enérgico, se recortan sobre un fondo plano. Contrasta el detalle y el cuidado del artista en las cabezas de las figuras, que lucen cabelleras rizadas, con el tratamiento sin volumen de los cuerpos. En este caso, toman el protagonismo las vestimentas listadas y coloreadas de los plañideros, que dan vistosidad, atractivo y modernidad a estas escenas de la época gótica.