En el Valle de Arán, históricamente una zona de extracción de minerales, tuvo lugar a principios del siglo XX la explotación del zinc en la zona de Arres y Bossòst.
En 1912, la Mina Victòria funcionaba a plena explotación: se extraían cerca de 80 toneladas diarias de mineral bruto, y se puso en funcionamiento el lavadero de mineral de Bossòst. Trabajaban en la explotación entre 100 y 150 personas, divididas en dos grandes grupos de trabajadores. En el interior de las galerías, los mineros perforaban y extraían el mineral, los entibadores reforzaban paredes y techos con madera, y los peones transportaban el material. Los dos primeros trabajos requerían una especialización y eran realizados por hombres llegados de otras zonas mineras de la Península. En el exterior, trabajaban los peones dedicados al transporte del mineral, mecánicos, electricistas, etc., oficios desempeñados principalmente por araneses.
El trabajo en la mina no se detenía nunca; se hacían turnos rotativos, y el domingo también se trabajaba. Parar las máquinas suponía grandes pérdidas económicas.
Con el inicio de la Guerra Civil, cesaron los trabajos en la mina. En 1949 se reinició la explotación hasta el año 1953, cuando la bajada del precio del zinc y la falta de mano de obra provocaron el cierre de las minas.