El culto a san Roque se inició en el siglo XIV, se expandió en el XV y alcanzó su máxima popularidad en Cataluña a finales del siglo XVI y durante el XVII.
La epidemia de peste del siglo XVI causó en Cataluña miles de víctimas. En L’Hospitalet se tomaron medidas preventivas, como la construcción de una tapia exterior vigilada por guardias. La veneración al santo debió de aumentar considerablemente. Así, en 1589 se fundó la Cofradía de San Roque en la catedral de Barcelona. La devoción derivó en las fiestas de San Roque, desaparecidas en la segunda mitad del siglo XX.