En 2009, cuando el museo cerró sus puertas al público para iniciar una remodelación, se decidió retirar este esqueleto por motivos científicos —era una réplica de un dinosaurio que no vivió nunca en Europa— y se sustituyó por un titanosaurio de los Pirineos.
Sin embargo, la reacción de la gente no se hizo esperar y, desde el primer día, el museo recibió peticiones de visitantes que querían volver a ver el esqueleto. Con el tiempo, el triceratops se había convertido en un icono del museo y de la cultura de Sabadell, por lo que se recuperó en 2014.