Los mosaicos pueden construirse con materiales naturales, como la piedra, o materiales horneados, como son la cerámica y el vidrio -de los que se derivan diferentes tipologías. La cerámica fue el material más utilizado para ser transformado en mosaico y, en especial, en trencadís. Este último, al estar realizado a partir de fragmentos irregulares, no necesitaba mano de obra especializada y era rápido de producir. Es famosa la frase de Gaudí: «a puñados se han de tirar o no acabaremos nunca.»