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Exposición "Gaudí & trencadís"

ÁMBITO 1 El mosaico y su “hermano pequeño”, el trencadís. El arte de fragmentar para crear un todo indiviso

La herencia de los mosaicos antiguos


Desde mediados del siglo XIX, los arquitectos se sintieron atraídos por la belleza de las composiciones de azulejos de los muros de los edificios hispanoárabes, elaborados con pequeñas piezas de cerámica regular, los alicatados.

El trencadís de Gaudí se inspiró en este tipo de revestimiento, deconstruyendo la geometría regular. Oriundo de Reus, Gaudí tuvo la posibilidad de ver alguna muestra en el pavimento del claustro del monasterio de Poblet que, por entonces,
aún se conservaba in situ.

La herencia de los mosaicos antiguos


Desde mediados del siglo XIX, los arquitectos se sintieron atraídos por la belleza de las composiciones de azulejos de los muros de los edificios hispanoárabes, elaborados con pequeñas piezas de cerámica regular, los alicatados.

El trencadís de Gaudí se inspiró en este tipo de revestimiento, deconstruyendo la geometría regular. Oriundo de Reus, Gaudí tuvo la posibilidad de ver alguna muestra en el pavimento del claustro del monasterio de Poblet que, por entonces,
aún se conservaba in situ.

«Cuando algo está en el camino de la perfección, hay que exprimirlo hasta el final.» (Antoni Gaudí)

El término “mosaico” significa composición elaborada “pieza a pieza”. El mosaico modernista recoge esta técnica de la herencia
clásica y árabe, la recupera y la reinventa para aplicarla a la nueva arquitectura.

Gaudí utilizó todas las tipologías de mosaico del momento, el romano, el pétreo, el cerámico y su original creación:
el trencadís que, a pesar de ser una técnica manual, permitía economizar tiempo y dinero.

En aquella época aparecieron otros productos industriales definidos también como mosaicos, los hidráulicos y las piezas de gres cerámico, con las que Gaudí
también experimentó con resultados sorprendentes.

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