En 1975, Pericot considera que la búsqueda plástica del movimiento a partir de elementos abstractos conduce a un arte descontextualizado, desconectado de la realidad cotidiana.
En este momento, Pericot acaba la licenciatura de Filosofía Pura e intenta vincular la práctica artística con la realidad, lo que siempre había sido su vocación.
Así, pasa de ideas abstractas a situaciones con significados pragmáticos; recorre a las técnicas de la persuasión y utiliza figuras retóricas. Adopta las imágenes analógicas, utilizando como material estético el movimiento en situaciones pragmáticas y cotidianas. Los contenidos están encuadrados en los movimientos retóricos y las técnicas argumentales de la persuasión.
Aún así, el movimiento y el tiempo continúan siendo parte esencial de las obras, pero ahora fijados en dos dimensiones y secuencialmente (hecho que recuerda a fotografías históricas de Eadweard Muybridge). Incorpora fotografías serigrafiadas, con las que se aleja de la abstracción, y parte de formas naturales en que incorpora la figura humana (autorretratos) y los gestos del individuo.