Prácticamente en paralelo a los espejos combados, Pericot trabaja en obras con un soporte de madera, sobre el cual monta una caja con una tapa de lámina de metacrilato estriado. En el fondo, deposita una cartulina pintada con rayas, rombos o triángulos, según el efecto y la función que quiera obtener. La finalidad de esta estructura es que, con el movimiento del espectador, haya cambios de formas y de colores, para crear la impresión de que la estructura vibra en una transformación continua. Así se consigue una gran variedad de efectos cromáticos.
En estas propuestas, denominadas espacios R por el mismo Pericot, el tema sigue siendo el espacio virtual producido por el desplazamiento del espectador, pero ahora los elementos del fondo se refractan a través de una superficie transparente y estriada en prismas. Se trata de un movimiento por refracción.
Estas piezas de Pericot están fuertemente influidas por la obra del artista cinético por excelencia, Victor Vasarely, con alguna pequeña variante. El cinetismo del húngaro es fundamentalmente pictórico, mientras que Pericot añade el elemento del relieve. Y es que el artista persigue dos propósitos: el espacio y la estética del movimiento.