Aunque nos pueden parecer iguales, tienen diferentes funciones: entre sus cilindros se muele el trigo, se desagrega la cascarilla o se compresionan las sémolas.
Los molinos presentan cuatro cilindros que permiten hacer dos pasadas de molienda independientes. El producto entra por la parte superior, y un juego de dos rodillos paralelos hace que caiga de forma regular entre los dos cilindros de molienda. Estos cilindros giran en sentido contrario y a una velocidad diferente, de manera que el cilindro más lento retiene el producto mientras que el más rápido lo muele.
El producto resultante se recoge desde la parte inferior, y a través de los elevadores de arcaduces se envía a los plansichters que clasificarán los resultados obtenidos.