En una fábrica de harina el proceso de producción sigue una circulación en sentido vertical, de un piso a otro. El producto es elevado con los elevadores de cangilones y desciende a través de conductos de madera inclinados, en un sube y baja continuo. La construcción de éste sistema de tubos suponía un cálculo preciso de la inclinación de cada uno de ellos.
El elevador de cangilones consiste en dos cajas verticales que se unen en la parte superior e inferior mediante una polea, por las cuales se pasa una correa provista de cangilones que permiten elevar el trigo y demás productos.