El conjunto de arte rupestre de Cataluña incluye aproximadamente setenta yacimientos. Estas expresiones artísticas, constituidas por pinturas y grabados, se inician a finales del Paleolítico superior, con pocos ejemplos, y en cambio son muy abundantes durante el Epipaleolítico.
El arte naturalista o levantino, propio de los cazadores recolectores, es el arte más antiguo, especialmente narrativo y dinámico. Por lo que respecta a la cantidad, domina el arte esquemático pospaleolítico (Neolítico / Edad de Bronce), el más tardío de los artes prehistóricos y, a la vez, el más común en el ámbito mundial.
En el relieve de las Montañas de Prades se conservan otras expresiones artísticas del pasado, elaboradas con la técnica del grabado y materializadas, en su mayor parte, durante la Edad Media sobre lugares que, posiblemente, ya habían sido marcados, culturizados o mitificados. En las zonas más altas de la sierra, como el collado de la Mola y els Cogullons, encontramos múltiples signos grabados.
A principios del siglo xx, el arte rupestre fue considerado el resultado de una expresión puramente estética del arte por el arte. En cambio, las últimas tendencias interpretativas atribuyen al arte prehistórico una intención comunicativa y de cohesión social.