El arte prehistórico se divide en dos grandes modalidades: el arte rupestre y el arte mueble. El arte rupestre, conocido también como parietal, se representa al aire libre, especialmente sobre paredes y techos de cuevas. El arte mueble aparece en depósitos arqueológicos y se manifiesta sobre pequeñas piezas incisas o pintadas.
Los primeros descubrimientos del arte prehistórico, a finales del siglo xix, fueron rechazados por la ciencia oficial. Por suerte, Henri Breuil, un abad francés (especialista en el Paleolítico y en el arte rupestre), demostró la autenticidad del arte prehistórico.
El arte rupestre se representa al aire libre sobre paredes, cuevas, etc., mediante el modelado con barro, la pintura con pluma, con los dedos, soplando, con grabados y bajorrelieves trabajados con piedra y el percutor.
En el arte rupestre de Levante y Andalucía destaca el llamado arte levantino (con pinturas al aire libre que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad), considerado el más dinámico y vital de la prehistoria europea.
El arte mueble, que se manifiesta con pequeñas piezas incisas o pintadas, herramientas, figuras con simbolismo mágico o sagrado, realizadas por grupos culturales presentes en la Península, ha contribuido a una mejor definición social y cronológica de cada etapa de nuestra historia.