El Greco (Càndia, Creta, 1541 - Toledo, 1614) es una figura esencial del Renacimiento español tardío. De origen cretense, se formó a través de los maestros venecianos y romanos del siglo XVI, como Tiziano o Correggio.
La temática religiosa y la escena de la Sagrada Familia fueron un tema habitual en su producción alrededor de 1600. Tiene un estilo marcado por un fuerte expresionismo, el uso de cánones alargados y colores poco reales, más bien oníricos.
Esta singularidad, consecuencia de la unión de la tradición occidental con la oriental, despertó siglos después el interés de artistas como Santiago Rusiñol y los surrealistas.