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125 AÑOS DEL CAU FERRAT. La construcción de un ideal (1894-2019)

Ámbito 7. UN GENEROSO REGALO

Pocos días después de la muerte de Rusiñol, el 13 de junio de 1931, en Aranjuez, el pueblo de Sitges supo que era el heredero del edificio del Cau Ferrat y de sus colecciones. Se sellaba así, de manera definitiva, la estima del pintor por la villa.

La imposibilidad del Ayuntamiento de Sitges de pagar los impuestos que se derivaban de la aceptación de la herencia comportó una estrategia que urdió Joaquim Folch i Torres, entonces director del Museo de Arte de Barcelona, para conseguirlo. La intervención de la Generalitat de Cataluña y de diversos estamentos del gobierno del Estado favoreció un entendimiento según el cual se perdonaba la deuda al Ayuntamiento a cambio de la creación de un patronato que debía gestionar el museo público, en el que debía estar presente el Estado, representado en Cataluña por la Generalitat, reinstaurada recientemente.

Las tareas de registro y documentación de todas las colecciones del Museo a lo largo de 1932, realizadas por técnicos dirigidos por Folch i Torres, fueron modélicas y son un caso único en la historia de los museos catalanes. El Cau Ferrat fue inaugurado como museo público el 16 de abril de 1933.

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