La industria de la cerámica, refugiada en su sencillez y cotidianeidad, aparece en todas las civilizaciones y en todos los tiempos. La evidente similitud formal entre objetos de épocas históricas bien diferentes y entre culturas diversas nos demuestra la universalidad y perdurabilidad de algunas tipologías básicas, especialmente aquellas relacionadas con los alimentos: ollas, cuencos y jarras. Son, todos ellos, objetos utilitarios que demuestran la permanencia de ciertos usos, así como la perdurabilidad de unas formas de vida.