Después de vivir un par de años en París gracias a una beca, Muxart regresa a Barcelona en marzo de 1950. En la primavera de 1951, presenta una exposición en las Galerías Layetanas para mostrar al público las obras ejecutadas en ese período. Un óleo de los treinta que realizó es este Pesebre, también titulado Navidad. Esta experiencia le permitió completar su mitología y, a su regreso, centró sus experiencias en torno a las viejas pinturas murales románicas de Cataluña, de modo que su arte podría tener de positivo la asimilación de las enseñanzas de muchos siglos y, de negativo, la falta de reposo y meditación.