Al margen de los canales de las galerías de arte, buena parte de la producción artística más notable de la época se difundió a través del aparentemente modesto canal del dibujo satírico de prensa.
El propio Isidre Nonell colaboró activamente en revistas gráficas, en especial en Papitu, una publicación catalanista que podría parecer popular, pero que de hecho se dirigía a un público politizado y progresista.
Joan Junceda y Gaietà Cornet, que llegarían a ser muy populares en su género, colaboraron especialmente en Cu-Cut!, revista también catalanista, pero próxima a la Lliga, mientras que el ibicenco Josep Costa, Picarol, se dirigía al público más popular de L’Esquella de la Torratxa o La Campana de Gràcia, donde a menudo ridiculizaba a los ricos.
Junto a todos ellos, un dandi, Ismael Smith, también dibujaba para la prensa satírica. Su peso fue mayor como escultor y como dibujante de creación, dentro de un decadentismo especial que fascinó al primer Eugeni d’Ors, quien muy pronto llegó a denominarlo novecentista, lo que en la mentalidad de D’Ors significaba prácticamente otorgar al interfecto la credencial de una orden civil.