Llívia ha sido ocupada y habitada de forma ininterrumpida desde finales de la edad del bronce hasta nuestros días alternándose su poblamiento arriba de la colina como en su parte baja. Este enclave dentro del territorio francés ha sido, además, la capital natural de la comarca hasta la fundación de Puigcerdà (1177-1178) y un importantísimo bastión militar. Tanto fue así que el rey Carlos I, en 1528, se refiere al mismo como “Villa”. Gracias a este título, Llívia quedará bajo la soberanía española después del Tratado de los Pirineos y el Tratado de Llívia (1659-1660).
Este ámbito pretende hacer un repaso por esta singular historia, tanto de los momentos en los que Llívia fue centro o capital como de aquellos que, por el devenir político del momento, pierde su capacidad gestora en provecho de otras poblaciones más o menos cercanas.