Hebilla de cinturón de bronce, del siglo IV a. C., procedente del yacimiento ibérico de Sant Miquel de Sorba (Montmajor, El Berguedà). En la superficie externa se conservan restos de una capa dorada. La decoración consiste en espirales y dos figuras superpuestas de caballos estilizados, rodeadas por pequeños motivos geométricos. El caballo tenía una gran importancia para los pueblos prerromanos, tanto en época de guerra como de paz. Se usaba como motivo decorativo, en ocasiones con un significado de carácter funerario, simbolizando la inmortalidad.