Este retablo de la Marededéu del Roser, o Virgen del Rosario, datado entre 1625 y 1640, se atribuye a Pedro Fernández. Presenta un excelente estado de conservación e ilustra una tipología de retablo excepcional en Cataluña, especial por haber sobrevivido a las destrucciones de la Guerra Civil. En la calle central hay una hornacina con la imagen de la Virgen y, a su alrededor, hay escenas de los Misterios dolorosos y los gozosos. Es una obra renacentista de transición al Barroco, con talla de madera policromada.