La cocina comedor es el espacio más grande de la planta baja ya que antiguamente, en las casas humildes, las funciones de cocinar y comer tenían lugar en una única estancia. A menudo, alrededor de la chimenea, Rusiñol leía a sus amigos sitgetanos fragmentos de las obras literarias que estaba escribiendo. También es aquí donde se celebraban las comidas más íntimas, durante las que el artista explicaba a sus invitados los hechos acaecidos en su último viaje a París, Granada o cualquier otro lugar.
Actualmente, las paredes y las estanterías de la cocina comedor están llenos de muchas piezas cerámicas que Rusiñol fue adquiriendo a lo largo de su vida: tarros de farmacia, aguamanos, fuentes y escudillas. Predominan los objetos de manufactura catalana, pero también hay muchos que proceden de los principales núcleos de producción de la península: Manises, Paterna, Muel, Teruel y Talavera de la Reina.
El hogar que hay a mano derecha, al entrar en la estancia, se enmarca dentro de la chimenea construida con una ventana procedente del castillo de Sitges. A la derecha de la chimenea se ve un dintel de ventana o puerta que también proviene del antiguo castillo sitgetano.