Josep Puig i Cadafalch fue arquitecto municipal de Mataró desde 1892 hasta 1896. La mayoría de los proyectos y de las tareas a los que Puig dedicó más esfuerzos estaban vinculados a la salubridad y a la higiene urbana. Su gran legado como arquitecto municipal fue el tramado de la mayor parte de la red de alcantarillado urbano de la ciudad y el saneamiento y la modernización de la conducción de abastecimiento de aguas potables.