Incensario de bronce, con cadena, procedente de la basílica de Bovalar (Seròs). Es de cuerpo cilíndrico y paredes lisas, y lo soportan tres pies que acaban en forma de patas con garras de felino. La tapa es hemisférica y se remata con una flor coronada por una piña y una paloma. La cubierta presenta tres círculos con el anagrama de Cristo inscrito, por donde emergía el incienso. Su origen podría estar en el Próximo Oriente, en Egipto o, incluso, en Italia.