La Virgen de Bellpuig de las Avellanes se ha convertido en una de las imágenes marianas más emblemáticas del gótico catalán. La realizó Bartomeu de Robió, el principal escultor de la Escuela de Lleida de escultura del siglo XIV, con una delicada factura y cuidando especialmente la indumentaria. Se trata de una obra de altísima calidad técnica, que asimila los nuevos recursos plásticos y expresivos provenientes del contexto artístico de la Toscana italiana.