Las obras del embalse de Riba-roja, iniciadas en 1957, determinaron la inundación de Faió y de Mequinensa. Esta cómoda, junto con la recopilación oral que podéis escuchar, es testimonio de los últimos habitantes que se resistían a abandonar el pueblo antiguo de Faió, y que tuvieron que hacerlo por la fuerza en 1967.