A finales del siglo XVI se tiene noticia en L’Escala de la introducción de un nuevo arte de pesca que facilitó las capturas de sardina y anchoa. Las chalupas, conocidas como sardinales, aparejadas con la vela latina, salían dos veces al día a pescar y practicaban lo que se conocía como pesca a la deriva. L’Escala fue el pueblo de la provincia de Girona con más embarcaciones dedicadas a este arte, con más de cien chalupas varadas en la arena del antiguo puerto. Antiguas redes de sardinales, relingas de corchos, brújulas, boyas de vidrio, entre otros objetos ejemplifican todo este proceso.